La Historia de España del siglo XIX puede resultar ardua y difícil de estudiar. Demasiados cambios, fechas, nombres propios…resulta lioso y complicado para el estudiante. Pensamos que elaborando un gran recorrido cronológico, el alumnado podrá hacerse una mejor idea. Empecemos por el principio:
Pasos a seguir:
1º Reparto de los años en el grupo. A cada persona le corresponde un periodo de tiempo. Si hay, por ejemplo, cinco grupos cooperativos, a cada uno le corresponden 20 años. A cada persona, a su vez, 5 años.
2º Investigación de los sucesos más destacados. Anota lo hallado en su libreta (manual o digital).
Julia Barnas (IES Cartima)
3º Resumen de la información encontrada.
4º Elaboración de la cartulina, con dibujos e imágenes incluido.
5º Conclusión –> a continuación, la clase ya estaría decorada 🙂
Así quedaría instalado en la clase. Ya le hemos dado un toque de color 🙂
¿QUIERES HACER ESTE TRABAJO EN TU CLASE? ¡TOMA NOTA!
El presente tema, que abre o cierra el temario, trata de cuatro apartados:
1. El proceso de organización político – administrativa de España.
2. Las CC.AA. y las regiones.
3. España en la U.E.
4. Desequilibrios territoriales.
Por la Península Ibérica han pasado multitud de pueblos y civilizaciones. Hemos sido la Hispania romana, el Reino visigodo de Toledo, parte del Imperio Bizantino, la Al – Andalus musulmana (Emirato y Califato de Córdoba, Reinos de Taifas y Reino Nazarí de Granada, con unión y fragmentación), los reinos cristianos medievales (Asturias, León, Castilla, Aragón, Navarra), la Monarquía Hispánica (Casa de Austria), y ya, con los Borbones, España tal y como la entendemos.
Este proceso histórico ha sido complejo y en cada época ha habido unas instituciones y unas leyes. En la Edad Media ya había cortes e instituciones políticas en Castilla, Aragón, Cataluña o Valencia. De hecho, la Generalitat de Cataluña tiene sus orígenes históricos en la Edad Media, concretamente en el reinado de Jaime I el Conquistador (siglo XIV). Y es que no podemos concebir a España como un país homogéneo, sino un país muy diverso y con una historia muy rica, donde hay que reconocer la pluralidad que, por suerte, tenemos. Siempre, claro, desde el respeto a todos los territorios.
En el siglo XIX, el nacionalismo surgió como una voz cultural, en primer instancia, y, después, política. Reclamaban la cultura, la lengua y los orígenes de un pueblo. No siempre, pero, en ocasiones, se llegó a expresar el nacionalismo como la superioridad de un pueblo frente a otro, y aquí sí que hubo conflicto. En nuestro país, podemos encontrar nacionalismo catalán, vasco, español (o castellano), mientras que el regionalismo se halla en Galicia, Asturias, Andalucía y otras regiones.
Durante la II República Española, regiones, como Cataluña, País Vasco y Galicia, obtuvieron el derecho a tener autonomía y sus instituciones. En Andalucía hubo votación, pero no todas las provincias quisieron dar el paso hacia la autonomía.
El golpe de Estado y la dictadura de Francisco Franco, significó la vuelta al centralismo. Con la restauración de la democracia, la Constitución de 1978 establece el derecho al acceso a la autonomía. Así, hoy, se habla de la España de las Autonomías, como el marco territorial que las españolas y los españoles nos hemos dado, con diálogo y con respeto a todas las regiones que componen nuestro país. Las tensiones entre CC.AA., siempre deben solucionarse en el marco de la democracia y la cooperación.
En un país tan heterogéneo como España es normal que surjan dificultades y tensiones, pero el respeto en el marco de la Constitución, de la democracia y del diálogo, nos permitirá solucionar los conflictos y salir fortalecidos/as.
La evolución histórica de nuestro país ha traído consigo una serie de desequilibrios territoriales. Los sectores y las inversiones económicas y la población, se concentran en puntos concretos del territorio. Existe una llamada «España vaciada«, que experimenta una progresiva despoblación y envejecimiento, donde cada vez hay menos inversiones públicas y privadas. Se cierran colegios y centros de salud, los/as ciudadanos/as pierden servicios, y ante la falta de trabajo, la juventud decide marcharse a las ciudades, con más oportunidades. Es el caso de Castilla y León o de Aragón, donde muchos pueblos corren el riesgo de desaparecer.
Hay desigualdad demográfica y política (menos o más inversiones, según el territorio), pero también económicas, siendo una de las más apreciables. Hay una España rica y próspera, con menos desempleo, en regiones con tradición industrial y que hoy han apostado en mayor medida por el I+D+i y por servicios de gran cualificación. Es el caso de Madrid, País Vasco, Navarra o Cataluña. Por el contrario, hay otra España, que, aunque está luchando por recortar la brecha económica y que ha alcanzado mayores cuotas de desarrollo, sigue arrastrando una desigualdad económica acuciante. Es el caso de Andalucía, Extremadura o Castilla – La Mancha.
La desigualdad, incluso, es perceptible a nivel de las propias CC.AA. Así, en Andalucía, ciudades como Málaga y Sevilla son, con diferencia, las más boyantes e innovadoras.
Por ello, y para combatir las desigualdades sociales, económicas y demográficas, España y la Unión Europea tienen programas y políticas. En este sentido, sobresalen las ayudas comunitarias, como el Fondos de Cohesión, que han permitido invertir en infraestructuras (AVE, colegios, hospitales, vivienda, etc.) y mejorar el nivel de vida.
VÍDEOS EXPLICATIVOS DEL TEMA:
I. EL PROCESO DE ORGANIZACIÓN POLÍTICO – ADMINISTRATIVA DE ESPAÑA
II. LAS CC.AA. y LAS REGIONES, y ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA
Si nos preguntamos si España es hoy una democracia, nadie tendría dudas. Si reflexionamos sobre qué posición ocupa España en la actualidad, podríamos decir, sin bacilar, que es un país desarrollado insertado en un mundo globalizado e interdependiente. Sin embargo, cabe preguntarse cómo hemos llegado a este punto.
El siglo XIX español es, absolutamente, fascinante: pronunciamientos militares, guerras internas (Guerras Carlistas), guerras exteriores (Guerra de la Independencia), monarquía (absoluta y liberal), I República, industrialización, capitalismo, liberalismo político y económico, Movimiento Obrero (anarquismo, socialismo), etc. No había, prácticamente, un año tranquilo, sin sobresaltos. Era lo más parecido a una suerte de ruleta de la fortuna.
¿Sabías por qué le llamaban «Pepe botella» al hermano de Napoleón?
¿Sabías que la calle Larios de Málaga, así como gran parte de los edificios del Centro, son del siglo XIX?; ¿te suenan calles como Manuel Agustín Heredia («Muelle Heredia»), Larios, Reding, Sancha?; ¿has paseado por el Jardín Botánico de La Concepción?
Todo esto, y más, lo encontrarás en el siglo XIX español, donde nos acercaremos a la realidad andaluza.
Para estas unidades se plantea como proyecto se sigue un modelo de trabajo cooperativo, que contribuya a la consecución de las competencias clave, así como a alcanzar los criterios de evaluación, que se concretan en estándares de aprendizaje.
GUÍA DEL PROYECTO «ESPAÑA, SIGLO XIX: ENCUESTA»
– Grupos: 4 personas.
– 30 preguntas.
– De 30 a 50 personas.
– Mujeres y hombres.
– Edades diferentes, desde 16 hasta mayores de 65 años.
– Diferentes estratos socioeconómicos.
– Preguntad por: edad, sexo, nivel de instrucción, ideología política.
– Exposiciones orales: 24 de enero.
– 6 – 8 sesiones.
– Examen oral: después de las exposiciones (también puede ser tipo test o examen con preguntas cortas).
Régimen del Estatuto Real (1834 – 1835, Martínez de la Rosa). Carta otorgada. Periodo progresista (1835 – 1837). Consolidado tras el motín de los sargentos de La Granja (1836). Conde de Toreno y Mendizábal. La desamortización de Mendizábal y sus objetivos (enjugar la deuda pública y aumentar la solvencia del Estado, financiar la guerra carlista, ganar nuevos propietarios para la causa isabelina). La Constitución de 1837 (una constitución pretendidamente de consenso: soberanía esencialmente nacional, Congreso de elección directa y censitaria y Senado semielectivo y semidesignado, división de poderes, derechos ciudadanos). Sufragio restringido al 5% de la población mayor de 25 años. Trienio moderado (1837 – 1840). Convenio de Vergara.
La figura de Baldomero Espartero (Príncipe de Vergara y Duque de la Victoria): progresista, autoritario y populista. La oposición de la Iglesia (nuevas desamortizaciones) y de Cataluña (librecambismo y bombardeo de Barcelona). La batalla de Torrejón.
Vicalvarada (con participación de O’Donnell), manifiesto de Manzanares (Cánovas) y revolución de Madrid y otros puntos. Gobierno de Espartero, tras un efímero gobierno del Duque de Rivas. Ley de ferrocarriles de 1855: iniciativa extranjera y privada (especulación), promoción del trazado radial, mayor ancho de vía (razones), razones del fracaso. Constitución no nata de 1856 (idea de Soberanía Nacional, elecciones municipales, libertad religiosa, recuperación de la Milicia Nacional). Desamortización de Madoz (1855) sobre bienes del clero secular y bienes municipales (de propios y de comunes), que supone la ruptura con Roma, con objetivos claros (amortizar la deuda, dar solvencia al Estado y financiar el ferrocarril). Protesta social: inflación, consumos, quintas. O´Donnell disuelve el parlamento manu militari .
Se produce el Pacto del Pardo, entre conservadores y liberales : Cambio de partido en el poder cuando este tenia dificultades. -Implicación de la Corona como árbrito entre los partidos. -Falseamiento electoral: producido mediante el encasillado, el caciquismo y el pucherazo.
Wreck of the Spanish Reina Mercedes, Santiago, Cuba. Ca. 1898. (Army)
Exact Date Shot Unknown
NARA FILE #: 111-SC-101564
WAR & CONFLICT #: 288